Por lo general, las grasas gozan de mala fama. Básicamente porque la grasa saturada contribuye a problemas cardíacos. Sin embargo, también desarrollan papeles buenos ya que son fundamentales en la formación de la membrana celular, distribuye las vitaminas solubles en grasa y aíslan el cuerpo de la perdida de calor, normalmente en una dieta equilibrada deben de estar en un 25 % del total de calorías. Ahora bien, el tipo de grasa que consumas es lo que marca la diferencia. De acuerdo con investigadores un plan alimentario, para un corazón sano se debe reducir la cantidad de grasa saturada que consumes (mantequilla, carne roja, aceites, etc.) y tienden a elevar los niveles de colesterol, del lugar donde deben de provenir el porcentaje del consumo de grasa es básicamente de grasas monoinsaturadas y poloiinsaturadas. La grasa monoinsaturada es recomendable por que eleva los niveles de colesterol bueno, por llamarlo de alguna manera, se encuentra en frutos secos y semillas, aguacates, aceite de ajonjolí. La grasa poliinsaturada se encuentra en alimentos como pescados grasos, arenque, salmón, atún, linaza y aceites como soya, canola y linaza. A continuación, te dejo algunos ejemplo de aceites y sus usos más frecuentes en la elaboración de alimentos.